Los antojos, el picoteo, el apetito, las ganas de comer, "la ansiedad" no tienen porque poner fin a tus nuevos hábitos o rutinas de alimentación saludable que acabas de comenzar o retomar en septiembre con la vuelta de vacaciones.
Antes de empezar daré una pequeña aclaración sobre ciertos términos que coloquialmente nos hemos acostumbrado a escuchar y utilizar a pesar de que algunos tienen una connotación equivocada. Me refiero a la palabra "ansiedad", ansiedad es una emoción, es una respuesta ante una situación de emergencia o si es patológico un trastorno con un cuadro sintomático. El hambre es una necesidad fisiológica, tú cuerpo necesita comer. Entonces para describir las "ganas de comer" sin hambre, mejor antojo, picoteo o apetito pero no debemos llamarlo "ansiedad" ya que nos está condicionando y lo relacionamos con la hora de comer.
Algunos consejos para controlar el apetito son:
- Limitar los hidratos de carbono (no los elemines).
- Come cada 2h y media ó 3h (5 comidas al día).
- Come proteínas.
- Come grasas saludables.
- Realiza actividad física.
- Evita los alimentos procesados.
- Y lo más importante: No renuncies a todo.
Date el gusto de realizar 1 ó 2 comidas libres a la semana o cuando sientas que lo necesitas o te lo mereces. ¡Es tu momento! Cuando te restringes demasiado empiezan los problemas.
Una alimentación saludable es un estilo de vida, no es blanco o negro, hay color y por lo tanto hay equilibrio. Si durante un día o una semana realizas el 75% bien tu alimentación y tu actividad física, y el 15% restante no ha estado tan bien, esto no va entorpecer tu avance. Sé objetivo, realista y disciplinado. Si caes en la tentación de comer, no te preocupes, retoma tu alimentación saludable, tu actividad física y tu actitud positiva. No te obsesiones. ¡El equilibrio es la clave!